RESUMO SOBRE LA LITERATURA DURANTE LA DEMOCRACIA
RESUMO LA POESÍA DESDE 1970 HASTA HOY
El culturalismo es el empleo de múltiples referencias culturales, sean filosóficas, artísticas, literarias o de cualquier otro tipo, pero siempre relacionadas con el saber.
La poesía del silencio: minimalista, reivindica las vanguardias, poemas breves, se elimina la anécdota.
La poesía de la experiencia
Nueva sentimentalidad. Poesía realista, que habla de la vida y de la
realidad cotidiana, expresión coloquial. Luis García Montero
Luis Antonio de Villena (1951)
Poeta, narrador, traductor y ensayista español nacido en Madrid en 1951.
A los diecinueve años, sin terminar sus estudios de Filología Clásica y Románica, publicó sus primer libro de poemas «Sublime Solarium», dedicándose desde entonces a la literatura.
Excelente antólogo, biógrafo y estudioso de la poesía española contemporánea, también ha traducido a poetas y autores de la talla de Sandro Penna, Miguel Ángel Buonarotti y Oscar Wilde.. Es además autor de novelas y relatos entre los que se destaca «El burdel de Lord Byron», Premio Azorín en el año de 1995.
Recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1981 por su libro «Huir del Invierno», el Premio Internacional Ciudad de Melilla en 1998 por «Celebración del libertino» y el Premio Sonrisa Vertical en 1999 por su libro «El mal mundo». Sus últimos poemarios «Las herejías privadas» y «Amores iguales» fueron publicados en el año 2001 y 2002. Reside actualmente en Madrid.
Luis García Montero
Poeta y ensayista español nacido en Granada en 1958.
Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, obtuvo su Doctorado en la misma Universidad con una tesis sobre Rafael Alberti con quien lo unió una gran amistad.
Es uno de los poetas más significativos de la poesía española de hoy. Actualmente es profesor titular del departamento de Filología Española de la Universidad de Granada. Es además de prestigioso poeta, un consagrado ensayista y columnista de opinión.
Entre los numerosos premios que jalonan su brillante carrera, se destacan el premio Federico García Lorca, el premio Ciudad de Sevilla, el premio Loewe, el Premio Adonais en 1982 por "El jardín extranjero", el Premio Nacional de Literatura en 1994 por "Habitaciones separadas" y el Premio Nacional de la Crítica en 2003 por "La intimidad de la serpiente". En el año 2001 le fue concedida la Medalla de Oro de Andalucía, en 2003 la Medalla de Oro de Granada, y en 1999 estuvo nominado para el premio Cervantes, máximo galardón de las letras españolas.
Ocurre pocas veces,
apenas en la noche del eco tormentoso
o en el amanecer de luz dañada
como en la oscuridad
y más nocturna.
El humo de mis huellas
se apodera del tiempo, de mi tiempo
envuelve las arañas melancólicas
de los ojos cansados,
sube por las paredes de un sueño mal vivido,
y se llena de voces,
de sillas descoladas y melodías sucias
igual que ceniceros,
igual que un pasadizo
a medio consumir,
hasta que mi conciencia
consigue recordarme
un invierno de nubes primitivas,
como si fuera el bar de siempre.
Por detrás de la barra,
los camareros juegan a las sombras.
De todos los lugares del pasado
la memoria prefiere,
en ese amanecer o en esa noche,
el rincón donde viven
los antiguos, inútiles futuros,
y me levanto de la mesa
de los buenos amigos
para abrazarme a lo que ya no existe,
para darle la mano a los remordimientos,
para cruzar por las conversaciones
donde se habla de mí,
de la parte más negra del infierno que soy,
de las mentiras de mi nombre,
de mi violencia
y mis asesinatos.
Cuando llego a la barra,
después de haber surgido del recuerdo
como puede surgir una serpiente
por la historia vacía de su piel,
alguien cambia de música,
una canción de amor,
y la mujer que sabe de la niebla
me descubre las turbias hazañas de mi vida,
sin esfuerzo ninguno
para ser convincente.
Pero no le hace falta. Igual que a los demás,
ha venido a creérmela,
y le digo que sí, que estaba yo también
en el lugar del crimen, de mi crimen,
justo detrás de ella.
Pude ver con mis ojos
las heridas firmadas por mi mano.
Ocurre pocas veces.
Son ojos más nocturnos que la noche.
La verdad es que suelo
abrir las ventanas
para que corra el aire,
y persigo la luz, cuando ella puede
tener de hospitalario,
y más que mis certezas
valoro un contrapunto de nostalgia,
esa debilidad del corazón
que confía en nosotros
Una rosa debajo de la almohada.
De "La intimidad de la serpiente"
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